Thursday, July 13, 2006


La Legua está llena de estrellas que iluminan y brillan en la noche oscura, como dice Anita Gosens. Ella es consagrada y llegó hace varias décadas a vivir al sector. Hoy está encargada de la pastoral del “Cristo Especial”. Esto se traduce en acoger y acompañar a 56 niños y jóvenes discapacitados física o mentalmente. Ellos llegan a la casa de acogida en la mañana y se van en la tarde. Allá desayunan, rezan, bailan, conversan, almuerzan, aprenden y toman once. “Te cambia la mirada sobre la vida cuando los conoces y estás con ellos” dice Grace Vera, “uno da gracias todos los días por la salud y por la vida”. Hace algunos años, ella acompañó a su hermana que hacía un voluntariado en la casa y se quedó para siempre trabajando como “tía”. ¿Por qué? “por amor”, responde. “Es tanto el amor, la alegría y el agradecimiento que uno recibe de ellos que te hace permanecer”.

María Uribe es mamá de Viviana y Margarita Cofré es madre de Fabián. Los cuatro participan en la pastoral del “Cristo Especial” desde el comienzo. Para ellas, sus hijos son lo más importante de sus vidas y se turnan –junto con las demás apoderadas- para hacer la comida y atender la casa de acogida en conjunto con las “tías”. Ambas se refieren al “Cristo Especial” como si fuera su propia familia. “La primera vez que vinimos fue como un desahogo”, dice María, porque fue la oportunidad en que se encontraron con personas que vivían su mismo dolor y sus mismas alegrías. Esperanza es lo que encontraron en el “Cristo Especial” y por eso es parte central de sus vidas.


Llegó a La Legua cuando era adolescente. Al comienzo detestaba el barrio y la sensación de estar marcada por vivir allí. Pero poco a poco se fue encontrando con el lado luminoso de la población, y descubrió la solidaridad y generosidad de sus habitantes. Junto con una misionera holandesa puso en marcha la Casa de Acogida Cristo Especial, donde brinda atención y cariño a unos treinta niños y adolescentes con discapacidad mental.

Su hogar es conocido en el barrio y recibe aportes de benefactores que han admirado la labor de Paola y su equipo por comentarios de cercanos. Incluso de Europa llega ayuda de numerosos jóvenes que han visitado la casa de acogida como voluntarios. Paola estudió educación diferencial, y ahora está a punto de partir como voluntaria a un hogar de la ONG ARCA en España, donde espera aprender técnicas y hacer más contactos que le permitan sacar adelante su proyecto en La Legua.
una de 100 lideres del año 2004 segun el mercurio


Cristo especial para niños discapacitados

En la oportunidad, la animadora de Catequesis y Pastoral solidaria en la Población La Legua Anita Gossens expuso el testimonio de la Casa de Acogida "Cristo Especial" que atiende a niños discapacitados en esa zona del sector sur de Santiago.

Junto con agradecer la invitación, Anita Gossens explicó el origen de esta iniciativa solidaria, que surge del trágico fallecimiento de una pobladora que entregó su vida para no dejar morir solo, en un incendio, a su hijo con Síndrome de Down.

De ese testimonio cristiano radical brotó la idea de formar un grupo de Catequesis para mostrarle un "Cristo especial" a estos "niños especiales" que -según cuenta Anita Gossens- "sólo saben de amor". Pero cuando terminó el proceso de la Catequesis, no podían dejarlos solos y decidieron levantar esta Casa de Acogida, hoy atendida completamente por voluntarios.

La catequista, de nacionalidad belga, contó episodios muy significativos en la vida de los pequeños discapacitados, como el caso de un joven hemipléjico, desahuciado por la ciencia médica, que experimentó una milagrosa recuperación a través del inmenso afecto que brota en ese hogar.